Esta historia que deseo compartir con ustedes, es de una gran familia de artistas circenses, chilena en sus orígenes, que sale de su país en busca del gran sueño.
miércoles, 21 de julio de 2010
martes, 20 de julio de 2010
Mi vida en el circo, la gran universidad.
En 1980 llegue al pueblo de Casablanca en la quinta región, hoy hermosa ciudad vitivinícola, fue mi hogar por treinta años de los cuales 28 al servicio publico a través de los diferentes cargos que la I. Municipalidad me entrego, desde ser la primera Directora del principal escenario artístico de la comuna y la región, ultimo cargo que desempeñe hasta enero de 2010, Directora de Deportes y Recreación, nueve años como profesora de Gimnasia Artística en una Escuela local, a preparar los niños y niñas gimnastas de la Escuela Especial para las Olimpiadas Especiales, formar el primer grupo folclórico comunal, premiada por el municipio como mujer destacada en el Día Internacional de la Mujer en 2008, elegida Coordinadora Regional de nuestra Danza Nacional de las categorías Infantil y Adolescente, designada por el Alcalde como interprete para trabajar con el equipo de avanzada del entonces Presidente de Estados Unidos Bill Clinton en una visita que realizo a la ciudad, desempeñarme como productora de la mayoría de los grandes eventos internacionales y visitas ilustres que la Municipalidad tuvo a través de todos estos años, grandes desafíos, para los cuales y por decisión personal me capacite y actualice mis estudios, terminando mi enseñanza media en un liceo de adultos, después realice Diplomados y Seminarios en el área cultural, entre otros como las herramientas que entrega la tecnología actual en Internet.
Pero las principales directrices las recibí de mis padres y mi vida en el circo, esta facultad de adaptación, pararse estoicamente ante la adversidad, enfrentar nuevos y grandes desafíos, lograr éxitos, ser reconocida públicamente en el desempeño laboral y como persona en un medio totalmente desconocido, Casablanca era un pequeño pueblo rural en aquel entonces, en donde llego esta mujer con “aires de gringa” que se creía la dueña de la Plaza según algunos, cuando tenia que desfilar entre los alumnos y profesores durante los desfiles del 21 de mayo, estar viendo tiempo después la parada desde la testera como una autoridad comunal mas, era la Directora del Teatro Municipal y a la que vieron por vez primera 28 años atrás en Televisión Nacional, en el Circo Las Águilas Humanas de Don Sergio Venturino.
Soy Maria Eugenia Farfán Gauthier, llegue a las pistas de la vida durante una gira de mis padres en Santiago de Chile en la primavera de 1948.
Al escribir estas memorias, no puedo dejar de mencionar a mi abuelo Rosendo Farfán Muñoz, gran influencia en mi vida artística, quien nace 1880 en uno de los cerros de Valparaíso, a muy poca edad ya en 1890 era un sobresaliente alambrista, acróbata y domador de animales para su época. Viudo de su primera esposa, en una gira al sur conoce a la señorita Flor Valenzuela, se casan y procrean a un total de doce hijos.
Uno de esa docena fue mi padre, Marcial Farfán Valenzuela, apuesto joven artista que trabajando en el “Circo Nacional Farfán”, y ya en la ciudad de Valdivia, conoce a Maria Luisa Gauthier, proveniente de familia de emigrantes europeos, una hermosa estudiante que cursaba cuarto año de humanidades en el colegio La Providencia de la ciudad de Temuco, se casan después de un corto noviazgo en enero de 1942. Tuve la suerte y el honor de nacer en 1948 en el seno de esta familia, digo suerte ya que, esta mezcla de músculos y fuerza de parte de papa y de la suavidad e inteligencia de mama, fue la combinación perfecta que permitió entregar las herramientas necesarias para que sus hijos se convirtieran en artistas de excelencia, recorrieran gran parte del mundo, dejando muy en alto el nombre del circo chileno, la familia y el país.
Familia Farfán-Gauthier, difícil de resumir una vida llena de historias, anécdotas, éxitos, fracasos, penas y alegrías.
Esta es mi historia
En 1954 mi padre ya con una familia propia de cinco hijos, busca su independencia separándose del circo de su familia en Brasil, en donde dicho sea de paso pasamos la mayor parte de nuestros primeros años de infancia, mis padres fueron contratados por el circo argentino “Panamericano de Fieras”, recorriendo gran parte de ese país, después Paraguay y Uruguay, de regreso a Chile, trabajaron en el circo Las Águilas Humanas de Don Enrique Venturino, con el numero de argollas olímpicas, junto a mi madre, también era el fuerte de los trapecios para la trupe de Erika Bush. Mis padres al igual que muchos otros, querían que sus hijos tuvieran estudios, lo que viajando siempre era muy difícil, por lo que con mucho dolor por tener que separarse de nosotros, nos enviaron al colegio, Armando en el Instituto Claret y las tres niñas en el colegio La Providencia en la ciudad de Temuco, mi hermano Carlos por ser el mayor se quedo con nuestros padres en el circo, obviamente esto no nos hizo muy felices a nosotros ya que queríamos estar junto a nuestros padres y ser artistas circenses, después de muchos lloriqueos, Armando arrancando del colegio y solo mirando la función cuando el circo llegaba a la ciudad en donde estudiábamos, “ganamos” nosotros….. Pero tuvimos que volver a los cuadernos y seguir estudiando igual en cada ciudad y pueblo en que llegaba el circo.
No fue nada fácil, mis padres no se cansaban de tratar de hacernos las cosas difícil para que cambiáramos de opinión y regresáramos a estudiar en forma regular, mi papá nos daba duro en los ensayos, a mi hermano Armando y a mi nos costo mucho tiempo y ser muy perseverantes para convencerlos que si podíamos ser trapecistas y mi papá decidiera tomarnos en serio, y cuando lo hizo nos dijo que ser trapecista no era suficiente, que teníamos que ser los mejores y sobre todo teníamos que ser excelentes artistas…… no comprendí en ese entonces la definición entre ser trapecista, contorsionista, malabarista y ser excelentes artistas.
Recorrer el país en tren, camiones, buses y mirando en forma retrospectiva, la verdad que trabajar en el circo en aquella época, no era tan sencillo como ahora, no existían las facilidades que otorgan las casas rodantes de hoy y vivíamos en camarines, mi madre como mencione antes, no era de circo por lo tanto, ella quería conservar para su familia su estilo de vida tradicional, teníamos un gran carpa principal y en su interior el camarín matrimonial, el de los niños y el de las niñas, en el resto del espacio cocina comedor, lo que no era muy practico cuando nos tocaba “tumba y para”, en pocas palabras un día en cada pueblo.
Para mi no existían los problemas, fue una experiencia asombrosa me creía el cuento y poco menos que me sentía una estrella de cine, la película trapecio con Burt Lancaster y Gina Lollobrigida, era nuestra inspiración… bueno… en realidad era la de Armando el había visto la película primero y como yo no podía quedarme atrás……y empezó nuestra vida como futuros artistas circenses, haciendo y aprendiendo de todo, cuales esponjas absorbentes, de cómo se hace para obtener las “medidas” para los vuelos, a “nivelar” los aparatos del trapecio y responsabilizarse por su montaje, como debíamos vestirnos y maquillarnos a sencillos trucos en los trapecios volantes, ayudar en otros números, buscando nuestra propia identidad, saber como auto cuidarse, lastimarse en un ensayo era inaceptable, y por sobre todo aprender a respetar al publico y así mismo. Dentro de nuestra enseñanza una de las cosas que nos complicaba y sobre todo para mis hermanos, eran las clases de ballet que mi padre insistía que debíamos tener, se lograba acceder a esas clases en donde se podía, no entendíamos por que era necesario, fue después, mas grande y ya en el extranjero, en circos grandes, que entendimos esa formación tan estricta que recibimos, en palabras de mi padre……el talento, cuerpo, fuerza, delicadeza y destreza deben ser uno solo y estar en perfecta armonía. … mi padre fue un gran Maestro.
Estando en Punta Arenas, con una compañía en donde mi padre era la empresa, nos pillo el terremoto de Valdivia de 1960, y como no se podía regresar tan pronto a Santiago, hicimos una pequeña temporada por Argentina, memorables momentos, trabajamos en las estancias, pequeños gimnasios, éramos solamente la familia de mi tío Robinsón, la nuestra y el “negro Rey” “antipodismo”, mi prima Lidia trapecio sencillo, y su hermana Maria malabares, mi tía Elsa cuerda marina, mis papis en el “casting” con argollas olímpicas, Carlos alambre suelto, yo contorciones, mi papa y mi tío Robinsón hacían musicales, Carlos era el maestro de pista, Armando, papa y tío eran los cómicos, y el numero principal eran los vuelos, con Carlos como fuerte, Armando y yo volantes y papa el cómico, no en todos los lugares se podían instalar por la altura, después ya de regreso en Chile trabajamos en los gimnasios de Castro, Ancud, en Cerro Sombrero contratados por la Empresa Nacional del Petróleo, el gimnasio muy lindo y muy alto, tan alto que mi papa me ordeno bajar por la escalera y no tirarme a la red, lo que no hice y me tire simplemente de espalda, huyyyyyy, no llegaba nunca a la red y el dolor en el pecho me asusto mucho, tanto como lo que me paso con mi papá en el camarín por desobediente.
En 1961 hicimos gira con Don Daniel Quiroz en el circo “Bremen” con los vuelos, temporada que recuerdo con mucho cariño, como el resto de las adolescentes que estábamos en el circo, me encantaba salir ayudar a las entradas cómicas que hacían en ese entonces, pollito Pérez, chamaco, chicharra, nos disfrazábamos de españolas. Fue esta última temporada la que dio inicio a nuestra partida de Chile, para mis padres no era fácil conseguir trabajo para nosotros en los circos grandes de aquellos momentos, Las Águilas Humanas, Francfort y otros, la respuesta fue que éramos muy niños para sus circos y que ellos traían números profesionales desde el extranjero, lo que era muy cierto, esto no amilano a mis padres que ya tenían en mente que nuestro futuro no estaba precisamente en Chile, ya estaba escrito que no seriamos profetas en nuestra propia tierra.
Pero si fuimos lo suficientemente buenos para Don Alfonso Velasco del circo colombiano “Royal Dumbar”, que se encontraba de paso por nuestro país, un circo muy grande y con mucha juventud, también contrataron la familia Gasahui, el Capitán Maluenda, payasos, partimos todos con rumbo al Perú, en Lima cumplí mis trece años, se casa mi hermano Carlos, con una integrante mas en nuestra familia, salimos de Perú con rumbo Ecuador y hacia Centro América, en Guatemala desafortunadamente el circo quebró, ante este panorama desalentador por la pena de lo que le pasaba a un gran empresario un Señor, y por lo inevitable de quedarse sin trabajo en un país que no era el nuestro, quedaba entonces dos cosas regresar a Chile o seguir al norte, esto ultimo fue lo que resolvimos en conjunto, no había regreso en esas condiciones.
En 1963, viajamos a San Salvador, a donde habíamos conocido a la familia Abdulha, un matrimonio muy simpático, el de nacionalidad árabe y ella costarricense con una hermosa prole de siete hijos, que tenían varios números de gran calidad, y trabajaban solo la familia en una pequeña carpita, tras conversaciones de los jefes de familia, se hicieron socios y empezamos a trabajar, nos integramos al numero de los “árabes”, y hacíamos unas pirámides a tres y cuatro alturas muy lindas, además que estos niños saltaban muy bien, quedo un gran numero, y la función bastante completa y de calidad, pero como los vuelos no cabían trabajamos solo con el ruedo, hasta que pudiéramos hacer los “cuadrados” para complementar los dos “redondos” que tenia el Señor Abduhla, era muy divertido, los que no pagaban para entrar al circo, miraban los números de altura desde afuera.
Recorrimos casi toda Centro América juntos, en ese ínter tanto contraje matrimonio,…mmm era tan solo una chiquilla, hasta que llego el momento de separar los caminos de esta gran familia amiga, pues lo nuestro supuestamente era solo de paso, mas el destino nos tenia reservado otra cosa y no fue muy sencillo salir tan pronto, y no sin antes haber pasado por muchas dificultades, seguimos solos hasta lograr después de dos anos de trabajar solo para la comida, tener nuestra propia carpa, hecha por nuestras propias manos, nuestro circo, cuan orgullosos de ver el fruto del esfuerzo y del sacrificio de toda la familia, por fin debutaríamos en Managua, en un lindo local junto al lago, todo preparado para que el Señor Cura bautizara la carpa antes de la función, eran las cinco de la tarde cuando nos fuimos al hotel a prepararnos para volver al circo, desde el hotel mi padre mientras se afeitaba, miraba por el balcón de la habitación orgulloso lo linda que se veía la carpa, tras unos minutos de ir al baño y lavarse la cara al regresar al balcón la carpa ya no estaba, se lo dijo gritando a mi mamy, corrimos todos al balcón al oír sus gritos, efectivamente la carpa no estaba, nos fuimos todos al local, mi hermano Armando se había quedado en el circo terminando de nivelar los trapecio, no había nada, hierros retorcidos, Armando inconsciente en el suelo, entre las sillas rotas y los tubos de los vuelos, uno de los mástiles de la carpa le rozo la cabeza salvando su vida de milagro, un violento huracán se llevo todo en cosa de minutos, trabajo, sueños y el esfuerzo de toda la familia estaban en medio del lago, trabajamos a los dos días después solamente con los ruedos parchados, lo que quedo de aparatos, sillas y galería. Volvimos al inicio, y luego de la frustración anterior, mi padre emprendió una segunda empresa, ilusiones nuevas, seguimos trabajando como se pudo, logramos nuevamente tener lo nuestro, esta vez, acabo con todo el terremoto de Nicaragua, volvieron los tiempos duros y el fracaso, pero la función debía continuar y nuestras vidas también, a pesar que mi padre sintió al igual que mucho tiempo atrás en sus años de recién casado y habiendo pasado por algo similar en su vida expreso que, “esa carpa que una vez fue multicolor pero que …ya había perdido todo su brillo”.
Nos incorporamos a diferentes compañías, hasta que en una de las funciones apareció un empresario mexicano, buscaba números para su temporada de ciudad de México, era Don Aurelio Atayde, por fin se daba el inicio para alcanzar la meta soñada que nuestros padres tanto anhelaban para nosotros, la familia partió a México, yo les seguí un buen tiempo después, cerrábamos el primer capitulo de nuestro paso por Centro América, nos llevamos a cuatro nuevos integrantes de esta familia, Consuelo hija mayor de mi hermano Carlos nacida en Guatemala, Adolfo en Nicaragua, Alejandro y Marcial en Honduras, tres de mis cuatro maravillosos hijos.
En 1965 después de estar trabajando en México, la empresa Mills Brothers de los Estados Unidos contrato a la familia…Los sueños se van haciendo realidad. El viaje en si desde México hasta Jefershon Ohio en los Estados Unidos, merece una historia aparte, este se realizó en un viejo auto chevrolet descapotable apodada cariñosamente “la cuca”, en el cual viajábamos por Centro América, México y finalmente al llegar a USA el motor se reventó por la nieve.
En esta nueva etapa de nuestras vidas, mi madre como siempre fue el pilar fundamental para lograr todo lo que vino mas adelante, la educación recibida y el manejo del idioma ingles aprendido en su colegio, fue de suma importancia, ella se preocupaba de todo lo que tenia que ver con los contratos, hacia de interprete y recibía además, los reclamos de mi papá y de todos nosotros si no leía bien el mapa carretero para llegar a la próxima ciudad y todos nos perdíamos en una salida equivocada, pues viajamos con los vehículos en caravana.
El cambio fue impresionante, todo era muy novedoso con una mezcla de alegría, susto y mucha responsabilidad a la vez, no solo por estar finalmente en el país de los sueños y de las grandes oportunidades, sino que también estar en una empresa tan grande, tres pistas muchos animales, y que viajaba miles de kilómetros de una ciudad a otra, lo que no es muy raro en el circo, pero si para nosotros en esas formidables carreteras llenas de nieve, la señalización como es lógico todo en ingles y manejando mis hermanos por primera vez unos enormes traileres y casas rodantes, estos traileres también no solo era la vivienda de las chicas del ballet además viajaban en ellos, producto de la inexperiencia de manejar en carreteras con nieve estos inexpertos y jóvenes “chóferes”, tuvieron un accidente volcando el trailer, aparte del susto no hubo heridos pero si una situación muy incomoda, cuando llego la policía y las ambulancias, las chicas trataban de taparse pues estaban todas en piyamas.
Fue entretenido subirse nuevamente a los elefantes, aprender las coreografías para las producciones, pero no todo fue tan lindo al inicio, una de las odiseas fue que no se pudiera instalar los trapecios, la carpa era muy bajita, paso unas cuantas semanas antes de poder hacer nuevos aparatos y que ellos le dieran la altura necesaria, condiciones que no fue del agrado para nosotros y obviamente para la empresa, nos que quedamos un año con ellos.
El próximo paso fue mucho mayor, nos contrata Hamid Morton Circus, gira espectacular, artistas de primerísimo nivel, entre ellos se encontraba la familia Berosek de Checoslovaquia, dueños de circo hasta que el régimen comunista se los expropiara, grandes domadores de animales, especialmente de monos orangutanes, los que aun se ve de repente en algún show de Las Vegas, y un numero de Rissly, icarios con bascula para nosotros, que hasta ahora no e vuelto a ver en un circo, eran cinco hermanos, dos hombres y tres chicas, ellos los fuertes y ellas las volantes, considerados los mejores del mundo, se presentaban en los mejores show de la televisión del momento, como el Show de Ed Sullivan, Hollywood Palace, Mike Duglas , Johnny Carson, se juntaban dos de las mas grandes familias circenses. No transcurrió mucho tiempo para que Anna y mi hermano Armando se enamoraran y se casaran.
También esta empresa Hamid Morton, era dueña del “Steel Pieer” en Atlatic City, un muelle parecido al muelle Vergara de Viña del Mar, solo que tres veces mas largo y ancho, donde se mezclaba lo mejor del espectáculo, pagando su entrada el publico de todas las edades podía ver cine, circo, grandes orquestas, artistas del cine y la televisión durante todo el día, nosotros teníamos los trapecios y el numero de motocicleta, estuvimos aquí unos cuantos meses. Sentimos que ya estábamos llegando a la cima.
A finales de 1967, estando en gira después de Steel Pier con Hamid Morton Circus, la vida nos da una nueva prueba, que cuando pensamos que todo lo tenemos logrado, el todo poderoso dice otra cosa.
En Topeka Kansas, mi hermano Armando sufre un gravísimo accidente en el “Turbillon de la Muerte”, acto que hacíamos además de los vuelos, se quiebra la percha y cae desde el tope del coliseo a unos treinta metros de altura sobre las jaulas de los leones que estaban desarmando, estando en el suelo todo ensangrentado le pide a mi padre que por favor no permita que lo saquen de la pista en camilla, lo ayuda a levantarse después de un buen rato, ante los ojos atónitos de los paramédicos, saluda al publico y sale por sus propios pies apoyado en mi padre, cruza tras bambalinas y pierde la conciencia, el resultado, quebraduras múltiples y mucho tiempo en el hospital. Mi cuñada Anna y yo hasta ese momento de la tragedia no sabíamos que estábamos esperando familia, Anna embarazada de su segundo hijo Armando jr. y yo de Víctor mi cuarto hijo, no podíamos seguir trabajando en ninguno de los actos principales de la familia por los que estábamos contratados, Anna, Armando, Carlos, Alicia y Patricia, hacían los vuelos y Armando, papa y yo en el Turbillon, tres integrantes de esta familia imposibilitados de golpe, mi cuñada Anna era la única que podía seguir trabajando por toda la familia, pues tenia además un numero precioso y muy elegante de palomas amaestradas, esto hasta que su embarazo se hizo evidente.
Después de este desdichado accidente y a la espera de nuestros bebes, no nos quedo más que separarnos y cada uno de nosotros los tres hijos mayores que estábamos casados y con nuestras propias familias, tuvimos que dejar a nuestros padres y hermanas para buscar la forma de poder seguir adelante.
1970, la fama la “fortuna” y la vida nuevamente empieza a iluminar a esta familia, Carlos, Teresa, Armando y Anna, son contratados por primera vez en CIRCUS-CIRCUS de Las Vegas Nevada con los trapecios volantes, la familia en plenitud se radica en la ciudad de las luces, mis padres se jubilan, mis hermanas Patricia y Alicia se casan, la familia sigue creciendo, cada quien tiene su propio hogar y lógicamente los niños al colegio, pues pensando como nuestros padres ellos tenían que tener una educación, pero semejante a lo que hicimos nosotros y con el aserrín en la sangre empiezan sus primeros pasos en el circo, se da iniciación así a la otra generación de artistas circenses de la familia Farfán.
La vida sonreía, nuestros hijos creciendo, casi al final de este contrato con Circus-Circus, cada uno de los hermanos mayores ambicionan concretar nuevos sueños y proyectos personales que les quedaban por cumplir, Carlos quería tener su circo y Armando su propia trupe de trapecistas y llegar al circo mas grande del mundo.
Carlos, Teresa y sus hijas Consuelo y Magdalena, deciden iniciar su propia empresa, se compran un equipo completo y emerge “CIRCUS D CARLOS”, el primer circo en español en gira de los Estados Unidos, Armando por otro lado, forma ahora su propia trupe de trapecistas y pasa de ser volante a fuerte, su esposa Anna, su hijo mayor Gino, Alicia y su esposo en aquel momento Don Martínez son contratados por la empresa del Ringling Brothers Barnum and Bailey, el circo mas grande del mundo hasta el día de hoy, el sueño y anhelo de ambos se cumplen.
Se preguntaran ustedes y Maria Eugenia ¿que estaba haciendo durante todo este tiempo?, ¿donde trabajaba? bueno creo que soy la excepción de esta familia, mientras todos los demás felices trabajaban en USA. yo aceptaba cuanto contrato me saliera para América latina, Carlos quiso probar suerte y también regresar por un tiempo al sur con la idea de llegar hasta Chile se asocia con un empresa en Centro América, nace “Las Vegas Internacional Circus”, pero las giras llegaban solo hasta Perú y se regresaba.
En 1975 me incorporo al circo Ringling Brothers por una corta temporada, haciendo el numero de motocicleta con mi cuñada Anna y mi hermana Alicia, además de integrarme a las producciones del circo, en una de las funciones en el Madison Scuare Garden de Nueva York me lastime y me dieron licencia medica por seis meses, era mucho tiempo de espera por lo que no encontré nada mejor que partir de nuevo rumbo al sur junto a mis hijos, mientras Armando y su familia continuaban su exitosa vida, Gino se convierte en el primer trapecista con tan solo doce años en concretar en forma constante y en cada función el triple salto mortal a las manos del fuerte, Armando Jr, se incorpora al numero con tan solo seis años, a las dos temporadas siguientes ya estaba haciendo la triple y media, y ensayando las cuatro, este contrato duraría catorce años.
Son los 80, y todo viento en popa, Carlos tiene su circo en la Feria Mundial de New Orleáns, Armando regresa a Circus–Circus de Las Vegas, con un numero de trapecios totalmente renovado, le agregan dos fuertes y el russian swing, así mismo forma otra trupe de trapecios en donde mi hijo mayor Adolfo Medel es el fuerte para Circus –Circus en Reno Nevada.
1984 Armando y su familia, participa del 1er. Festival de Circo en Mónaco, recibiendo en aquella oportunidad el Clon de Plata de manos de la Princesa Grace, regresan nuevamente en 1988 y esta vez son tres los premios que reciben, ya no de manos de la Princesa, sino de sus hijos los Príncipes Alberto, Carolina y Estefanía. Años mas tarde y continuando con la la tradición, el menor de mis hijos Víctor Medel iría a este Festival como fuerte de los trapecistas “ The Flyng Pages”, obteniendo de igual modo uno de los primeros lugares, hoy Víctor y su hermano mayor Adolfo Medel, trabajan desde hace 17 años en uno de los varios circos estables que tiene Cirque du Soleil en la ciudad de Las Vegas, antes como artistas y hoy como técnicos.
En 1988 hasta 1990, Armando es contratado en “Circus of the Stars” para ser maestro de los artistas de cine y televisión que participarían en este espectáculo difundido por la red del canal CBS, para este show los artistas se ensayaban durante doce semanas, la función se transmitía en vivo en el mes de noviembre, este show televisivo empezó en 1977 y su ultimo capitulo 19 años después.
En 1991, Armando que ya había incursionado como productor, esta vez lo quiere hacer como empresario, viaja con una compañía a una exitosa gira por Japón con el show de su propiedad “The Dream Clown”, a su regreso se compra un circo completo, la gira se extiende por el estado de California, preparando la eminente venida a su tan amado Chile, con nuestro secreto mayor guardado.
1992, parte esta gira por sur América, embarca artistas y circo por avión desde Los Ángeles California debutando en julio en el Coliseo “Amauta” de Lima, un espectáculo tremendamente caro, con un ochenta por ciento de artistas norteamericanos teniendo un gran éxito de taquilla, a pesar de esto e inexplicablemente para la familia salen de Perú con muchas dificultades económicas, perdiendo parte de la compañía. A pesar de todo lo que pasaron en Lima, con números menos, consiente que tenía una gran desventaja el venir a Chile y que era el inicio del fin para el, debuta en Septiembre del mismo año en el Teatro Caupolican de Santiago, una planilla de sueldos altísima y con un costo personal y familiar incalculable, termina el resto de la compañía norteamericana regresando a los Estados Unidos, a pesar de todo hace algunas otras ciudades como Valparaíso, San Felipe Los Andes, en Viña del Mar ya no había nada mas que hacer, un delicado accidente en el Russian Swing, termina con Armando Jr, y una de las volantes de los trapecios gravemente heridos.
En 1993, se resiste a darse por vencido e insiste nuevamente en Chile, con el orgullo herido no podía dejar todo así, sentía que la última vez que estaría en su país tenía que salir triunfante aunque fuera lo ultimo que hiciera en su vida, no tenia a las empresas locales que controlaban la taquilla, como las veces anteriores en Coliseo Amauta y Teatro Caupolican, en esta oportunidad traía los artistas mas premiados de los Festivales de Circo del mundo incluyendo artistas y payasos chilenos, pero no visualizaba que su proyecto de realizar el “Primer Festival Mundial de Circo” en Chile, con tres carpas funcionando en forma simultanea, donde el publico elegía a sus artistas preferidos, y en un local que nunca había sido para circo, tendría el rechazo de sus pares circenses y compatriotas, quienes publicaron en la prensa entre otros medios de difusión que Armando Farfán y el famoso Festival eran un fraude, a pesar de toda la contra propaganda, contaba con el apoyo de autoridades y Embajadas de los artistas que participaban en este Festival, fue un éxito de publico, las autoridades reconocieron este como un gran evento cultural internacional, mi hermano Armando logro su objetivo artístico, pero el dolor de no contar con muchos de sus amigos y conocidos de juventud lo destruyó moralmente.
Creo que de todos los fracasos en nuestra familia, fue el que nos calo mas hondo, estábamos todos unidos junto a el, queríamos que triunfara y sintiera que si era querido por sus pares y también que era profeta en su tierra, solo los de la familia sabíamos y guardábamos su gran secreto, no quería que nadie sintiera lastima por el y menos en esta gira que seria la ultima de su vida. Armando falleció en 1996 en Las Vegas producto de una Leucemia, descubierta el mismo día que tomo la decisión de venir a Chile.
En 2005 nuestros padres ya bastante mayores y delicados de salud llegaron de regreso a Chile para quedarse, ese mismo año fue galardonado por el Sindicato Circense de Chile con un lindo galvano que dice “A Marcial Farfán, por su labor circense, al Maestro de siempre del Circo Chileno e Internacional”. El Maestro de Maestros, el viejo roble como se autodenomino dejo de existir el 13 de octubre de 2006, rodeado de su familia sus nietos viajaron desde Las Vegas, Italia y Japón, unos días antes de su partida.
Carlos falleció en Portugal solo tres meses después, estaba trabajando y usando todo su talento, fue a reunirse con su adorada Teresa, lo acompañaba en ese inesperado momento mi hermana Alicia.
El más grande pedestal y motor de esta familia, nuestra adorada madre les siguió el 29 de enero de 2009, fue gran privilegio tener a mis padres hasta el final de sus días, los cuatro que se fueron primero, estuvieron hasta su última etapa rodeados de amor y cuidados, escoltados hasta su ultima morada por su familia, los amigos y artistas del circo, en el caso de cada uno como se lo merecían, doy gracias a Dios por ser parte de esta familia.
Yo también logre uno de mis grandes objetivos como artista al volver después de tantos años a mi país, trabajar en uno de los circos en que mis padres habían trabajado en Chile, mi regreso fue triunfante, o al menos para mi lo fue, y con un simple numero de Ballet Aéreo o “cuerda marina”, debute en el Teatro Caupolican en 1979, en la ultima temporada del verdadero Circo “Las Águilas Humanas” de Don Sergio Venturino.
No quiero dejarles con la sensación de que nuestras existencias fueron tristes, el reír y llorar es parte de la vida, y muy por el contrario, todos nosotros logramos lo que buscamos como hijos cumplimos hasta el final, como padres hemos tratado de hacer lo mejor para nuestros hijos, como verdaderos artistas circenses estuvimos en los mejores escenarios del mundo, siempre siendo con mucho orgullo anunciados por el “Señor Corales”…… From….. Chile…….. The Flyng FarfanS”….
Me quedo con la gran enseñanza que mis padres y el circo me dieron, que no importa lo que uno haga en la vida, mientras sea bien hecho, con mucha honestidad, respeto por el publico y por uno mismo, orgulloso del apellido que se lleva, mirar y vivir el futuro sin olvidar las raíces.
Pero las principales directrices las recibí de mis padres y mi vida en el circo, esta facultad de adaptación, pararse estoicamente ante la adversidad, enfrentar nuevos y grandes desafíos, lograr éxitos, ser reconocida públicamente en el desempeño laboral y como persona en un medio totalmente desconocido, Casablanca era un pequeño pueblo rural en aquel entonces, en donde llego esta mujer con “aires de gringa” que se creía la dueña de la Plaza según algunos, cuando tenia que desfilar entre los alumnos y profesores durante los desfiles del 21 de mayo, estar viendo tiempo después la parada desde la testera como una autoridad comunal mas, era la Directora del Teatro Municipal y a la que vieron por vez primera 28 años atrás en Televisión Nacional, en el Circo Las Águilas Humanas de Don Sergio Venturino.
Soy Maria Eugenia Farfán Gauthier, llegue a las pistas de la vida durante una gira de mis padres en Santiago de Chile en la primavera de 1948.
Al escribir estas memorias, no puedo dejar de mencionar a mi abuelo Rosendo Farfán Muñoz, gran influencia en mi vida artística, quien nace 1880 en uno de los cerros de Valparaíso, a muy poca edad ya en 1890 era un sobresaliente alambrista, acróbata y domador de animales para su época. Viudo de su primera esposa, en una gira al sur conoce a la señorita Flor Valenzuela, se casan y procrean a un total de doce hijos.
Uno de esa docena fue mi padre, Marcial Farfán Valenzuela, apuesto joven artista que trabajando en el “Circo Nacional Farfán”, y ya en la ciudad de Valdivia, conoce a Maria Luisa Gauthier, proveniente de familia de emigrantes europeos, una hermosa estudiante que cursaba cuarto año de humanidades en el colegio La Providencia de la ciudad de Temuco, se casan después de un corto noviazgo en enero de 1942. Tuve la suerte y el honor de nacer en 1948 en el seno de esta familia, digo suerte ya que, esta mezcla de músculos y fuerza de parte de papa y de la suavidad e inteligencia de mama, fue la combinación perfecta que permitió entregar las herramientas necesarias para que sus hijos se convirtieran en artistas de excelencia, recorrieran gran parte del mundo, dejando muy en alto el nombre del circo chileno, la familia y el país.
Familia Farfán-Gauthier, difícil de resumir una vida llena de historias, anécdotas, éxitos, fracasos, penas y alegrías.
Esta es mi historia
En 1954 mi padre ya con una familia propia de cinco hijos, busca su independencia separándose del circo de su familia en Brasil, en donde dicho sea de paso pasamos la mayor parte de nuestros primeros años de infancia, mis padres fueron contratados por el circo argentino “Panamericano de Fieras”, recorriendo gran parte de ese país, después Paraguay y Uruguay, de regreso a Chile, trabajaron en el circo Las Águilas Humanas de Don Enrique Venturino, con el numero de argollas olímpicas, junto a mi madre, también era el fuerte de los trapecios para la trupe de Erika Bush. Mis padres al igual que muchos otros, querían que sus hijos tuvieran estudios, lo que viajando siempre era muy difícil, por lo que con mucho dolor por tener que separarse de nosotros, nos enviaron al colegio, Armando en el Instituto Claret y las tres niñas en el colegio La Providencia en la ciudad de Temuco, mi hermano Carlos por ser el mayor se quedo con nuestros padres en el circo, obviamente esto no nos hizo muy felices a nosotros ya que queríamos estar junto a nuestros padres y ser artistas circenses, después de muchos lloriqueos, Armando arrancando del colegio y solo mirando la función cuando el circo llegaba a la ciudad en donde estudiábamos, “ganamos” nosotros….. Pero tuvimos que volver a los cuadernos y seguir estudiando igual en cada ciudad y pueblo en que llegaba el circo.
No fue nada fácil, mis padres no se cansaban de tratar de hacernos las cosas difícil para que cambiáramos de opinión y regresáramos a estudiar en forma regular, mi papá nos daba duro en los ensayos, a mi hermano Armando y a mi nos costo mucho tiempo y ser muy perseverantes para convencerlos que si podíamos ser trapecistas y mi papá decidiera tomarnos en serio, y cuando lo hizo nos dijo que ser trapecista no era suficiente, que teníamos que ser los mejores y sobre todo teníamos que ser excelentes artistas…… no comprendí en ese entonces la definición entre ser trapecista, contorsionista, malabarista y ser excelentes artistas.
Recorrer el país en tren, camiones, buses y mirando en forma retrospectiva, la verdad que trabajar en el circo en aquella época, no era tan sencillo como ahora, no existían las facilidades que otorgan las casas rodantes de hoy y vivíamos en camarines, mi madre como mencione antes, no era de circo por lo tanto, ella quería conservar para su familia su estilo de vida tradicional, teníamos un gran carpa principal y en su interior el camarín matrimonial, el de los niños y el de las niñas, en el resto del espacio cocina comedor, lo que no era muy practico cuando nos tocaba “tumba y para”, en pocas palabras un día en cada pueblo.
Para mi no existían los problemas, fue una experiencia asombrosa me creía el cuento y poco menos que me sentía una estrella de cine, la película trapecio con Burt Lancaster y Gina Lollobrigida, era nuestra inspiración… bueno… en realidad era la de Armando el había visto la película primero y como yo no podía quedarme atrás……y empezó nuestra vida como futuros artistas circenses, haciendo y aprendiendo de todo, cuales esponjas absorbentes, de cómo se hace para obtener las “medidas” para los vuelos, a “nivelar” los aparatos del trapecio y responsabilizarse por su montaje, como debíamos vestirnos y maquillarnos a sencillos trucos en los trapecios volantes, ayudar en otros números, buscando nuestra propia identidad, saber como auto cuidarse, lastimarse en un ensayo era inaceptable, y por sobre todo aprender a respetar al publico y así mismo. Dentro de nuestra enseñanza una de las cosas que nos complicaba y sobre todo para mis hermanos, eran las clases de ballet que mi padre insistía que debíamos tener, se lograba acceder a esas clases en donde se podía, no entendíamos por que era necesario, fue después, mas grande y ya en el extranjero, en circos grandes, que entendimos esa formación tan estricta que recibimos, en palabras de mi padre……el talento, cuerpo, fuerza, delicadeza y destreza deben ser uno solo y estar en perfecta armonía. … mi padre fue un gran Maestro.
Estando en Punta Arenas, con una compañía en donde mi padre era la empresa, nos pillo el terremoto de Valdivia de 1960, y como no se podía regresar tan pronto a Santiago, hicimos una pequeña temporada por Argentina, memorables momentos, trabajamos en las estancias, pequeños gimnasios, éramos solamente la familia de mi tío Robinsón, la nuestra y el “negro Rey” “antipodismo”, mi prima Lidia trapecio sencillo, y su hermana Maria malabares, mi tía Elsa cuerda marina, mis papis en el “casting” con argollas olímpicas, Carlos alambre suelto, yo contorciones, mi papa y mi tío Robinsón hacían musicales, Carlos era el maestro de pista, Armando, papa y tío eran los cómicos, y el numero principal eran los vuelos, con Carlos como fuerte, Armando y yo volantes y papa el cómico, no en todos los lugares se podían instalar por la altura, después ya de regreso en Chile trabajamos en los gimnasios de Castro, Ancud, en Cerro Sombrero contratados por la Empresa Nacional del Petróleo, el gimnasio muy lindo y muy alto, tan alto que mi papa me ordeno bajar por la escalera y no tirarme a la red, lo que no hice y me tire simplemente de espalda, huyyyyyy, no llegaba nunca a la red y el dolor en el pecho me asusto mucho, tanto como lo que me paso con mi papá en el camarín por desobediente.
En 1961 hicimos gira con Don Daniel Quiroz en el circo “Bremen” con los vuelos, temporada que recuerdo con mucho cariño, como el resto de las adolescentes que estábamos en el circo, me encantaba salir ayudar a las entradas cómicas que hacían en ese entonces, pollito Pérez, chamaco, chicharra, nos disfrazábamos de españolas. Fue esta última temporada la que dio inicio a nuestra partida de Chile, para mis padres no era fácil conseguir trabajo para nosotros en los circos grandes de aquellos momentos, Las Águilas Humanas, Francfort y otros, la respuesta fue que éramos muy niños para sus circos y que ellos traían números profesionales desde el extranjero, lo que era muy cierto, esto no amilano a mis padres que ya tenían en mente que nuestro futuro no estaba precisamente en Chile, ya estaba escrito que no seriamos profetas en nuestra propia tierra.
Pero si fuimos lo suficientemente buenos para Don Alfonso Velasco del circo colombiano “Royal Dumbar”, que se encontraba de paso por nuestro país, un circo muy grande y con mucha juventud, también contrataron la familia Gasahui, el Capitán Maluenda, payasos, partimos todos con rumbo al Perú, en Lima cumplí mis trece años, se casa mi hermano Carlos, con una integrante mas en nuestra familia, salimos de Perú con rumbo Ecuador y hacia Centro América, en Guatemala desafortunadamente el circo quebró, ante este panorama desalentador por la pena de lo que le pasaba a un gran empresario un Señor, y por lo inevitable de quedarse sin trabajo en un país que no era el nuestro, quedaba entonces dos cosas regresar a Chile o seguir al norte, esto ultimo fue lo que resolvimos en conjunto, no había regreso en esas condiciones.
En 1963, viajamos a San Salvador, a donde habíamos conocido a la familia Abdulha, un matrimonio muy simpático, el de nacionalidad árabe y ella costarricense con una hermosa prole de siete hijos, que tenían varios números de gran calidad, y trabajaban solo la familia en una pequeña carpita, tras conversaciones de los jefes de familia, se hicieron socios y empezamos a trabajar, nos integramos al numero de los “árabes”, y hacíamos unas pirámides a tres y cuatro alturas muy lindas, además que estos niños saltaban muy bien, quedo un gran numero, y la función bastante completa y de calidad, pero como los vuelos no cabían trabajamos solo con el ruedo, hasta que pudiéramos hacer los “cuadrados” para complementar los dos “redondos” que tenia el Señor Abduhla, era muy divertido, los que no pagaban para entrar al circo, miraban los números de altura desde afuera.
Recorrimos casi toda Centro América juntos, en ese ínter tanto contraje matrimonio,…mmm era tan solo una chiquilla, hasta que llego el momento de separar los caminos de esta gran familia amiga, pues lo nuestro supuestamente era solo de paso, mas el destino nos tenia reservado otra cosa y no fue muy sencillo salir tan pronto, y no sin antes haber pasado por muchas dificultades, seguimos solos hasta lograr después de dos anos de trabajar solo para la comida, tener nuestra propia carpa, hecha por nuestras propias manos, nuestro circo, cuan orgullosos de ver el fruto del esfuerzo y del sacrificio de toda la familia, por fin debutaríamos en Managua, en un lindo local junto al lago, todo preparado para que el Señor Cura bautizara la carpa antes de la función, eran las cinco de la tarde cuando nos fuimos al hotel a prepararnos para volver al circo, desde el hotel mi padre mientras se afeitaba, miraba por el balcón de la habitación orgulloso lo linda que se veía la carpa, tras unos minutos de ir al baño y lavarse la cara al regresar al balcón la carpa ya no estaba, se lo dijo gritando a mi mamy, corrimos todos al balcón al oír sus gritos, efectivamente la carpa no estaba, nos fuimos todos al local, mi hermano Armando se había quedado en el circo terminando de nivelar los trapecio, no había nada, hierros retorcidos, Armando inconsciente en el suelo, entre las sillas rotas y los tubos de los vuelos, uno de los mástiles de la carpa le rozo la cabeza salvando su vida de milagro, un violento huracán se llevo todo en cosa de minutos, trabajo, sueños y el esfuerzo de toda la familia estaban en medio del lago, trabajamos a los dos días después solamente con los ruedos parchados, lo que quedo de aparatos, sillas y galería. Volvimos al inicio, y luego de la frustración anterior, mi padre emprendió una segunda empresa, ilusiones nuevas, seguimos trabajando como se pudo, logramos nuevamente tener lo nuestro, esta vez, acabo con todo el terremoto de Nicaragua, volvieron los tiempos duros y el fracaso, pero la función debía continuar y nuestras vidas también, a pesar que mi padre sintió al igual que mucho tiempo atrás en sus años de recién casado y habiendo pasado por algo similar en su vida expreso que, “esa carpa que una vez fue multicolor pero que …ya había perdido todo su brillo”.
Nos incorporamos a diferentes compañías, hasta que en una de las funciones apareció un empresario mexicano, buscaba números para su temporada de ciudad de México, era Don Aurelio Atayde, por fin se daba el inicio para alcanzar la meta soñada que nuestros padres tanto anhelaban para nosotros, la familia partió a México, yo les seguí un buen tiempo después, cerrábamos el primer capitulo de nuestro paso por Centro América, nos llevamos a cuatro nuevos integrantes de esta familia, Consuelo hija mayor de mi hermano Carlos nacida en Guatemala, Adolfo en Nicaragua, Alejandro y Marcial en Honduras, tres de mis cuatro maravillosos hijos.
En 1965 después de estar trabajando en México, la empresa Mills Brothers de los Estados Unidos contrato a la familia…Los sueños se van haciendo realidad. El viaje en si desde México hasta Jefershon Ohio en los Estados Unidos, merece una historia aparte, este se realizó en un viejo auto chevrolet descapotable apodada cariñosamente “la cuca”, en el cual viajábamos por Centro América, México y finalmente al llegar a USA el motor se reventó por la nieve.
En esta nueva etapa de nuestras vidas, mi madre como siempre fue el pilar fundamental para lograr todo lo que vino mas adelante, la educación recibida y el manejo del idioma ingles aprendido en su colegio, fue de suma importancia, ella se preocupaba de todo lo que tenia que ver con los contratos, hacia de interprete y recibía además, los reclamos de mi papá y de todos nosotros si no leía bien el mapa carretero para llegar a la próxima ciudad y todos nos perdíamos en una salida equivocada, pues viajamos con los vehículos en caravana.
El cambio fue impresionante, todo era muy novedoso con una mezcla de alegría, susto y mucha responsabilidad a la vez, no solo por estar finalmente en el país de los sueños y de las grandes oportunidades, sino que también estar en una empresa tan grande, tres pistas muchos animales, y que viajaba miles de kilómetros de una ciudad a otra, lo que no es muy raro en el circo, pero si para nosotros en esas formidables carreteras llenas de nieve, la señalización como es lógico todo en ingles y manejando mis hermanos por primera vez unos enormes traileres y casas rodantes, estos traileres también no solo era la vivienda de las chicas del ballet además viajaban en ellos, producto de la inexperiencia de manejar en carreteras con nieve estos inexpertos y jóvenes “chóferes”, tuvieron un accidente volcando el trailer, aparte del susto no hubo heridos pero si una situación muy incomoda, cuando llego la policía y las ambulancias, las chicas trataban de taparse pues estaban todas en piyamas.
Fue entretenido subirse nuevamente a los elefantes, aprender las coreografías para las producciones, pero no todo fue tan lindo al inicio, una de las odiseas fue que no se pudiera instalar los trapecios, la carpa era muy bajita, paso unas cuantas semanas antes de poder hacer nuevos aparatos y que ellos le dieran la altura necesaria, condiciones que no fue del agrado para nosotros y obviamente para la empresa, nos que quedamos un año con ellos.
El próximo paso fue mucho mayor, nos contrata Hamid Morton Circus, gira espectacular, artistas de primerísimo nivel, entre ellos se encontraba la familia Berosek de Checoslovaquia, dueños de circo hasta que el régimen comunista se los expropiara, grandes domadores de animales, especialmente de monos orangutanes, los que aun se ve de repente en algún show de Las Vegas, y un numero de Rissly, icarios con bascula para nosotros, que hasta ahora no e vuelto a ver en un circo, eran cinco hermanos, dos hombres y tres chicas, ellos los fuertes y ellas las volantes, considerados los mejores del mundo, se presentaban en los mejores show de la televisión del momento, como el Show de Ed Sullivan, Hollywood Palace, Mike Duglas , Johnny Carson, se juntaban dos de las mas grandes familias circenses. No transcurrió mucho tiempo para que Anna y mi hermano Armando se enamoraran y se casaran.
También esta empresa Hamid Morton, era dueña del “Steel Pieer” en Atlatic City, un muelle parecido al muelle Vergara de Viña del Mar, solo que tres veces mas largo y ancho, donde se mezclaba lo mejor del espectáculo, pagando su entrada el publico de todas las edades podía ver cine, circo, grandes orquestas, artistas del cine y la televisión durante todo el día, nosotros teníamos los trapecios y el numero de motocicleta, estuvimos aquí unos cuantos meses. Sentimos que ya estábamos llegando a la cima.
A finales de 1967, estando en gira después de Steel Pier con Hamid Morton Circus, la vida nos da una nueva prueba, que cuando pensamos que todo lo tenemos logrado, el todo poderoso dice otra cosa.
En Topeka Kansas, mi hermano Armando sufre un gravísimo accidente en el “Turbillon de la Muerte”, acto que hacíamos además de los vuelos, se quiebra la percha y cae desde el tope del coliseo a unos treinta metros de altura sobre las jaulas de los leones que estaban desarmando, estando en el suelo todo ensangrentado le pide a mi padre que por favor no permita que lo saquen de la pista en camilla, lo ayuda a levantarse después de un buen rato, ante los ojos atónitos de los paramédicos, saluda al publico y sale por sus propios pies apoyado en mi padre, cruza tras bambalinas y pierde la conciencia, el resultado, quebraduras múltiples y mucho tiempo en el hospital. Mi cuñada Anna y yo hasta ese momento de la tragedia no sabíamos que estábamos esperando familia, Anna embarazada de su segundo hijo Armando jr. y yo de Víctor mi cuarto hijo, no podíamos seguir trabajando en ninguno de los actos principales de la familia por los que estábamos contratados, Anna, Armando, Carlos, Alicia y Patricia, hacían los vuelos y Armando, papa y yo en el Turbillon, tres integrantes de esta familia imposibilitados de golpe, mi cuñada Anna era la única que podía seguir trabajando por toda la familia, pues tenia además un numero precioso y muy elegante de palomas amaestradas, esto hasta que su embarazo se hizo evidente.
Después de este desdichado accidente y a la espera de nuestros bebes, no nos quedo más que separarnos y cada uno de nosotros los tres hijos mayores que estábamos casados y con nuestras propias familias, tuvimos que dejar a nuestros padres y hermanas para buscar la forma de poder seguir adelante.
1970, la fama la “fortuna” y la vida nuevamente empieza a iluminar a esta familia, Carlos, Teresa, Armando y Anna, son contratados por primera vez en CIRCUS-CIRCUS de Las Vegas Nevada con los trapecios volantes, la familia en plenitud se radica en la ciudad de las luces, mis padres se jubilan, mis hermanas Patricia y Alicia se casan, la familia sigue creciendo, cada quien tiene su propio hogar y lógicamente los niños al colegio, pues pensando como nuestros padres ellos tenían que tener una educación, pero semejante a lo que hicimos nosotros y con el aserrín en la sangre empiezan sus primeros pasos en el circo, se da iniciación así a la otra generación de artistas circenses de la familia Farfán.
La vida sonreía, nuestros hijos creciendo, casi al final de este contrato con Circus-Circus, cada uno de los hermanos mayores ambicionan concretar nuevos sueños y proyectos personales que les quedaban por cumplir, Carlos quería tener su circo y Armando su propia trupe de trapecistas y llegar al circo mas grande del mundo.
Carlos, Teresa y sus hijas Consuelo y Magdalena, deciden iniciar su propia empresa, se compran un equipo completo y emerge “CIRCUS D CARLOS”, el primer circo en español en gira de los Estados Unidos, Armando por otro lado, forma ahora su propia trupe de trapecistas y pasa de ser volante a fuerte, su esposa Anna, su hijo mayor Gino, Alicia y su esposo en aquel momento Don Martínez son contratados por la empresa del Ringling Brothers Barnum and Bailey, el circo mas grande del mundo hasta el día de hoy, el sueño y anhelo de ambos se cumplen.
Se preguntaran ustedes y Maria Eugenia ¿que estaba haciendo durante todo este tiempo?, ¿donde trabajaba? bueno creo que soy la excepción de esta familia, mientras todos los demás felices trabajaban en USA. yo aceptaba cuanto contrato me saliera para América latina, Carlos quiso probar suerte y también regresar por un tiempo al sur con la idea de llegar hasta Chile se asocia con un empresa en Centro América, nace “Las Vegas Internacional Circus”, pero las giras llegaban solo hasta Perú y se regresaba.
En 1975 me incorporo al circo Ringling Brothers por una corta temporada, haciendo el numero de motocicleta con mi cuñada Anna y mi hermana Alicia, además de integrarme a las producciones del circo, en una de las funciones en el Madison Scuare Garden de Nueva York me lastime y me dieron licencia medica por seis meses, era mucho tiempo de espera por lo que no encontré nada mejor que partir de nuevo rumbo al sur junto a mis hijos, mientras Armando y su familia continuaban su exitosa vida, Gino se convierte en el primer trapecista con tan solo doce años en concretar en forma constante y en cada función el triple salto mortal a las manos del fuerte, Armando Jr, se incorpora al numero con tan solo seis años, a las dos temporadas siguientes ya estaba haciendo la triple y media, y ensayando las cuatro, este contrato duraría catorce años.
Son los 80, y todo viento en popa, Carlos tiene su circo en la Feria Mundial de New Orleáns, Armando regresa a Circus–Circus de Las Vegas, con un numero de trapecios totalmente renovado, le agregan dos fuertes y el russian swing, así mismo forma otra trupe de trapecios en donde mi hijo mayor Adolfo Medel es el fuerte para Circus –Circus en Reno Nevada.
1984 Armando y su familia, participa del 1er. Festival de Circo en Mónaco, recibiendo en aquella oportunidad el Clon de Plata de manos de la Princesa Grace, regresan nuevamente en 1988 y esta vez son tres los premios que reciben, ya no de manos de la Princesa, sino de sus hijos los Príncipes Alberto, Carolina y Estefanía. Años mas tarde y continuando con la la tradición, el menor de mis hijos Víctor Medel iría a este Festival como fuerte de los trapecistas “ The Flyng Pages”, obteniendo de igual modo uno de los primeros lugares, hoy Víctor y su hermano mayor Adolfo Medel, trabajan desde hace 17 años en uno de los varios circos estables que tiene Cirque du Soleil en la ciudad de Las Vegas, antes como artistas y hoy como técnicos.
En 1988 hasta 1990, Armando es contratado en “Circus of the Stars” para ser maestro de los artistas de cine y televisión que participarían en este espectáculo difundido por la red del canal CBS, para este show los artistas se ensayaban durante doce semanas, la función se transmitía en vivo en el mes de noviembre, este show televisivo empezó en 1977 y su ultimo capitulo 19 años después.
En 1991, Armando que ya había incursionado como productor, esta vez lo quiere hacer como empresario, viaja con una compañía a una exitosa gira por Japón con el show de su propiedad “The Dream Clown”, a su regreso se compra un circo completo, la gira se extiende por el estado de California, preparando la eminente venida a su tan amado Chile, con nuestro secreto mayor guardado.
1992, parte esta gira por sur América, embarca artistas y circo por avión desde Los Ángeles California debutando en julio en el Coliseo “Amauta” de Lima, un espectáculo tremendamente caro, con un ochenta por ciento de artistas norteamericanos teniendo un gran éxito de taquilla, a pesar de esto e inexplicablemente para la familia salen de Perú con muchas dificultades económicas, perdiendo parte de la compañía. A pesar de todo lo que pasaron en Lima, con números menos, consiente que tenía una gran desventaja el venir a Chile y que era el inicio del fin para el, debuta en Septiembre del mismo año en el Teatro Caupolican de Santiago, una planilla de sueldos altísima y con un costo personal y familiar incalculable, termina el resto de la compañía norteamericana regresando a los Estados Unidos, a pesar de todo hace algunas otras ciudades como Valparaíso, San Felipe Los Andes, en Viña del Mar ya no había nada mas que hacer, un delicado accidente en el Russian Swing, termina con Armando Jr, y una de las volantes de los trapecios gravemente heridos.
En 1993, se resiste a darse por vencido e insiste nuevamente en Chile, con el orgullo herido no podía dejar todo así, sentía que la última vez que estaría en su país tenía que salir triunfante aunque fuera lo ultimo que hiciera en su vida, no tenia a las empresas locales que controlaban la taquilla, como las veces anteriores en Coliseo Amauta y Teatro Caupolican, en esta oportunidad traía los artistas mas premiados de los Festivales de Circo del mundo incluyendo artistas y payasos chilenos, pero no visualizaba que su proyecto de realizar el “Primer Festival Mundial de Circo” en Chile, con tres carpas funcionando en forma simultanea, donde el publico elegía a sus artistas preferidos, y en un local que nunca había sido para circo, tendría el rechazo de sus pares circenses y compatriotas, quienes publicaron en la prensa entre otros medios de difusión que Armando Farfán y el famoso Festival eran un fraude, a pesar de toda la contra propaganda, contaba con el apoyo de autoridades y Embajadas de los artistas que participaban en este Festival, fue un éxito de publico, las autoridades reconocieron este como un gran evento cultural internacional, mi hermano Armando logro su objetivo artístico, pero el dolor de no contar con muchos de sus amigos y conocidos de juventud lo destruyó moralmente.
Creo que de todos los fracasos en nuestra familia, fue el que nos calo mas hondo, estábamos todos unidos junto a el, queríamos que triunfara y sintiera que si era querido por sus pares y también que era profeta en su tierra, solo los de la familia sabíamos y guardábamos su gran secreto, no quería que nadie sintiera lastima por el y menos en esta gira que seria la ultima de su vida. Armando falleció en 1996 en Las Vegas producto de una Leucemia, descubierta el mismo día que tomo la decisión de venir a Chile.
En 2005 nuestros padres ya bastante mayores y delicados de salud llegaron de regreso a Chile para quedarse, ese mismo año fue galardonado por el Sindicato Circense de Chile con un lindo galvano que dice “A Marcial Farfán, por su labor circense, al Maestro de siempre del Circo Chileno e Internacional”. El Maestro de Maestros, el viejo roble como se autodenomino dejo de existir el 13 de octubre de 2006, rodeado de su familia sus nietos viajaron desde Las Vegas, Italia y Japón, unos días antes de su partida.
Carlos falleció en Portugal solo tres meses después, estaba trabajando y usando todo su talento, fue a reunirse con su adorada Teresa, lo acompañaba en ese inesperado momento mi hermana Alicia.
El más grande pedestal y motor de esta familia, nuestra adorada madre les siguió el 29 de enero de 2009, fue gran privilegio tener a mis padres hasta el final de sus días, los cuatro que se fueron primero, estuvieron hasta su última etapa rodeados de amor y cuidados, escoltados hasta su ultima morada por su familia, los amigos y artistas del circo, en el caso de cada uno como se lo merecían, doy gracias a Dios por ser parte de esta familia.
Yo también logre uno de mis grandes objetivos como artista al volver después de tantos años a mi país, trabajar en uno de los circos en que mis padres habían trabajado en Chile, mi regreso fue triunfante, o al menos para mi lo fue, y con un simple numero de Ballet Aéreo o “cuerda marina”, debute en el Teatro Caupolican en 1979, en la ultima temporada del verdadero Circo “Las Águilas Humanas” de Don Sergio Venturino.
No quiero dejarles con la sensación de que nuestras existencias fueron tristes, el reír y llorar es parte de la vida, y muy por el contrario, todos nosotros logramos lo que buscamos como hijos cumplimos hasta el final, como padres hemos tratado de hacer lo mejor para nuestros hijos, como verdaderos artistas circenses estuvimos en los mejores escenarios del mundo, siempre siendo con mucho orgullo anunciados por el “Señor Corales”…… From….. Chile…….. The Flyng FarfanS”….
Me quedo con la gran enseñanza que mis padres y el circo me dieron, que no importa lo que uno haga en la vida, mientras sea bien hecho, con mucha honestidad, respeto por el publico y por uno mismo, orgulloso del apellido que se lleva, mirar y vivir el futuro sin olvidar las raíces.
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